Bajé a por tabaco al bar de la esquina, sabía que fumar mataba, pero ¿qué importa? Yo ya sabía que al final todos íbamos a acabar en el mismo lugar.
Encendí la luz, bajé los escalones de dos en dos y abrí aquella chirriante puerta. Me puse el gorro blanco de siempre y empecé a caminar. Maldito invierno... eran las seis y cuarto y ya de noche. Sólo podía apreciar la luz de la farola y otros cuantos carteles.
Hacía bastante frío, no veía ni la acera de tanta nieve. Era agradable pisarla, me recordaba a mi infancia, cuando bajaba con Shaila y Andrew a tirarnos bolas de nieve. En aquel parque siempre sólo, el cual nosotras llenábamos de vida. Ya estaba en el bar, compré el mismo de siempre y decidí ir al parque.
Me encendí un cigarro mientras recordaba aquellos momentos cuando mi preocupación era no salirme del dibujo mientras coloreaba...
No hay comentarios:
Publicar un comentario